Bogotá DC. 01 enero de 2010.
Estimados amigos:
Ya hemos iniciado una nueva aurora llena de luz y de esperanza en la cual debemos poner todas nuestras capacidades intelectuales para constituirnos en faros luminosos que puedan orientar a quienes nos acompañen en este mar de indolencia a fin de buscar la unión entre los hispanoamericanos y la paz que tanto añoramos.
La situación actual en el mundo entero nos obliga a usar la palabra para transportar la verdad y suscitar emociones que permitan sacar de la indiferencia a nuestra gente e infundir un sano nacionalismo basado en el amor a la tierra, a la cultura, a los valores, a los principios y tradiciones heredados de nuestros antepasados.
Probablemente encontremos dificultades en esta travesía que comenzamos pero si tenemos clara la ruta que se va a seguir y si le inculcamos la fe a nuestra tripulación y la forma de llegar a puerto seguro las podremos sortear con éxito.
No hay tiempo para perder. Los invito que iniciemos desde ya otra guerra utilizando la razón como lo expreso en este poema:
GUERRA DE ABRAZOS
Ya la aurora despertó
con una bella sonrisa
diciendo que amaneció
y que imitemos con prisa
a ese ser que ayer soñó
en un mundo sin ceniza.
Iniciemos ya la guerra
sin bombas ni cañonazos
utilizando en la tierra
la fuerza de los abrazos
para sentir donde quiera
la libertad sin más lazos.
Demos abrazo a la madre
por darnos amor y vida,
al hermano, a nuestro padre,
quien trabaja cual hormiga
bajo el sol que da su lumbre
sin temor al homicida.
Demos abrazo al amigo
al hijo, a los compañeros,
al que ha sido un enemigo,
al maestro, al limosnero,
a quien impone castigo
al superior y al obrero.
Construyamos ya trincheras
de ideales con mucho altruismo
para enfrentar a las fieras
que siembran con egoísmo
políticas extranjeras
con bombas y terrorismo.
Libremos con solo abrazos
las batallas entre hermanos,
sin odio, sin más balazos,
para soñar como humanos
en una paz sin pedazos
hasta morir bien ancianos.
¡No más izquierda o derecha!
¡No más pugnas entre estados!
cerremos ya esa gran brecha
abierta por los malvados
en una Patria maltrecha
sin trabajo y sin arados.
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