LA HIJA DE UN FEMICIDA...MI ABUELA MATERNA FELICIANA

MI ABUELA FELICIANA

 

Al llevarnos a La Adela y cuando mis Tíos Higinio y esposa se llevaron a mi hermana, lógicamente me quedé con mi abuela Feliciana, en alguna oportunidad habíamos ido de visita para las vacaciones de verano, por eso la conocía, mujer petisa, regordeta, con cabellos largos de los cuales tenía una facilidad tremenda para hacerse una larga trenza y luego un rodete con el trenzado previo, mujer de cutis trigueño, no sabía leer ni escribir, pero en las cuentas, no se equivocaba, era rapidísima, en fin, había tenido unos 17 hijos, 9 mujeres y 8 varones, con distintos maridos, el primero fue  con el que tuvo 13 hijos era un tal Masías, que lo mataron yendo a caballos en esos tiempos, vivió con ese marido con los indios solía contarme, cuando la conoció mi abuelo, la verdad es que no sé que le vio,  la cuestión es que se casaron y mi abuelo se hiso cargo de todos los hijos de ella, todos morochos, y enormes de grandes, mi Abuelo Eusebio Larrañaga, Vasco Francés, ( me dijeron ya que no lo conocí ), que era un Hombre muy lindo, un porte muy Español, muy trabajador ya que cuando murió dejó dos enormes chacras, las dos con viñedos, una se llamaba El Gualicho, en la cual solíamos ir a jugar a las escondidas entre los viñedos. Según ella me dijo que él había fallecido de cáncer, tenía una hermosa foto que yo admiraba, Las chacras estaban en Rio Colorado, y toda la producción era para  la Colonia Julián Echarren donde la procesaban y hacían el vino, la casa o vivienda estaba en La Adela, entonces cuando me llevaron a vivir allí tenía 13 dormitorios, comedor enormemente grande, cocina y letrina, los pisos eran de alisado color rojo, en el comedor me dijo mi Abuela había sido el lugar donde habían velado a mi madre, a mí me daba cosa entrar allí, yo no la había visto cuando murió, entonces me la imaginaba en un cajón en esa larga mesa y eso me ponía mas que triste, allí mi vida tubo un vuelco de 360 grados, ahí había que trabajar, y como ¡ No importaba si en la escuela yo iba adelantada o no, también vivía con ella otro nieto llamado o le decían Cacho Masías, del primer matrimonio de mi Abuela, Luego se casó con mi Abuelo Larrañaga y cuando aterrizo yo ya se había juntado o casado con otro hombre de apellido Machado, un hombre delgado, grande de edad, cutis blanco y me daba la impresión que era raro por la forma de ser, pero… yo no tenía mucha experiencia debido a mí edad…supongo, era buenísimo conmigo cuando estaba bien, cuando le  atacaba la parte mala de creo que era Demencia o algo por el estilo, se comportaba de manera irracional, yo lo llamaba “ Abuelo Machado, ´tenía una manera de hablar rara, distinta al tiempo de antes, al Maíz, le decía Máiz,  en vez de decir me ahogo decía me aúgo, un día estaba lloviendo y se para en la puerta de la cocina y me dice, nena, está lloviendo, le contesto, si abuelo, y el me retruca: si, llueve pero al tiempo de antes, de arriba para abajo jajajaja, me causaba gracia, el pobre tan delgadito que no servía para nada, solo me peleaba cuando me levantaba para ir al colegio, él se levantaba antes, mientras mi Abuela se quedaba en la cama,  prendía la cocina a leña, colocaba el agua para que se calentara para hacer el café, yo solía prepararme un sándwich de jamón crudo para tomar el café negro ( la leche no me agradaba) y si yo me iba a peinar frente a un espejo, cuando regresaba se había comido mi sándwich, ahí discutíamos, pero resumiendo, era mas bueno que el pan, mi Abuela lo tenía a retos permanente,  la casa estaba pegada al Río, y el agua para beber se llenaba un barril o tonel de madera, se esperaba que el barro del agua bajara y luego se sacaba para absolutamente todo, tanto sea para consumo nuestro, como para cocinar, lavar la ropa o bañarnos,( en un Fuentón ) y ese trabajo era mío, el predio era grande como 2 hectáreas, en una parte estaba la casa, en otra la huerta, y el resto se plantaba Maíz, cada tanto cuando el Abuelo Machado estaba atacado, se escuchaban los gritos, de “ Me Augo, me augo, socorro”, ya teníamos una larga caña para que el la tomara y así sacarlo del río, eso fue hasta que un día mi abuela se cansó y llamó a sus hijas para que se lo llevaran, creo lo internaron, luego falleció. El otro nieto que tenía, o convivíamos juntos, la madre se había ahogado en el Río, ese Río todos los años se cobraba una vida, o se la llevaba, muy peligroso y sigue siéndolo, este nieto le decían Cacho, tenía como 17 años aproximadamente, recuerdo que fue al Servicio militar, al principio me trataba como una nena, como una chiquilina, pero a medida que yo iba creciendo, comenzó a que le planchara los pantalones con plancha a carbón ! y pensar que en la casa de mis padres mi Madre hacía todo eso con la plancha eléctrica, el otro trabajo que debía hacer era que tenía que lavar la ropa de él, de mi Abuela y hasta la del Abuelo, también debía cebarle mate a las mañanas en la cama a mi primo Cacho, él dormía en una habitación contigua al comedor, a medida que fui creciendo, teniendo 11 o 12 años, cada vez que le llevaba un mate me quería tocar las lolas, al alcanzarle el mate con una mano me lo agarraba y con la otra me agarraba mi brazo y me tiraba en la cama, primero creía que era juego, pero cuando quiso tocarme las lolas, ya no quería llevarle mas mates, mi Abuela me preguntó por qué y le dije, por supuesto que me dijo que yo lo estaría buscando, y le dijo a él lo que yo le había contado a lo que Cacho cambió de actitud y ya no me quería manosear mas, …por un tiempo.

En la casa de mi Abuela, donde la tierra se encontraba por todas partes pues las calles eran de tierra, todo muy humilde, yo debía cada mañana antes de ir a la escuela debía regar toda la huerta mientras ella tomaba mate y miraba como yo acarreaba dos baldes de agua que sacaba del río, ya tenía un caminito que no era tan empinado, entre los distintos árboles frutales que habían, que manera de trabajar allí, un día trayendo los baldes de agua ( uno en cada mano) baldes de 20 litros,  ( el tramos sería como de 50 mts, me agarra un dolor muy fuerte en el abdomen, que tuve que dejar los baldes con agua al lado de un peral y me abracé al árbol, de pronto siento algo caliente entre mis piernas, lo primero que se me vino a la cabeza era que me estaba muriendo, y le grito a mi abuela, “ Abuela vení que me estoy muriendo” ella vino me miró las piernas con un hilo de sangre y me dijo, no es nada eso, le pasan a todas las mujeres, vení que te doy un pañito para que te pongas en la bombacha, ( esa fue toda la explicación que me dio con respecto a la menstruación) para colmos los dolores persistían, y así tuve que continuar regando la huerta porque de eso vivíamos, tenía una balanza romana y la gente venía a comprar las verduras, y las cobraba, en eso no se equivocaba, y guarda si regaba poco algún surco, me agarraba de mis pelos y me llevaba hasta los baldes, para que regara bien, me decía que la comida había que ganársela,.

Lamentablemente no tengo buenos recuerdos de ella, cuando había que sembrar el maíz, yo debía preparar a una yegua llamada Blanca y colocar el arado de mancera, le daba una pasada primero para dar vuelta la tierra, luego la otra para hacer el surco para colocar las semillas, y la última debía pasar el arado en el medio para tapar la semilla, y así teníamos choclos para vender y comer, también se guardaban los choclos enteros para darle a los chanchos en época de carneada donde se hacían los chorizos y todo los embutidos, había un galpón enorme donde se guardaban los jamones con afrechillo, y en la parte de arriba muchas hileras de cañas para colocar a secar los chorizos, cuando estaban ya medios secos para comer, venían los hijos y se los llevaban, como así también los vendía por kg, se las rebuscaba bastante bien esta Abuela Feliciana Cayetana, Viuda de Macías Viuda de Larrañaga, hasta me enseñó hacer el jabón para lavar la ropa, ya que la batea de lavar y la tabla de lavar me la había asignado me gustara o no.

Les puedo asegurar que cada vez que veía pasar un micro paraba lo que estaba haciendo y me decía, yo me tengo que ir de aquí, no es mi lugar, no lo soporto, y eso que tenía 11 años de los de antes, no de los de ahora que las niñas fuman debajo del agua, digo…. Por lo inteligentes que son, y cada vez desde que nacen son más inteligentes, antes nacían con los ojos cerrados, hoy en día nacen con los ojos abiertos, no sé si ven o no, pero que reconocen las voces eso si, lo viví con una de mis nietas, Ariana que cuando nació, estaba tomando la teta y escuchó mi voz, largó la teta y giró la cabecita para donde yo estaba, ( se me cayeron las babas en ese momento ) así que.. el proceso evolutivo va como corresponde.

Continuemos con mi estadía en La Adela, para ella como yo ya había terminado la primaria, me trataba como basura, en vez de llamarme por mi nombre, me llamaba, guacha, un día le pregunto el porque me llamaba Guacha, y me contestó; vos sos como la oveja perica que la encontramos en la revolución del 55, sin Madre y sin Padre, ella estaba Guachita, y vos sos igual no tienes padres, y sabes cual es mi bronca con vos? Por que tienes la sangre del Ruso que mató a mi hija, con vos hay que cuidarse por que seguro que si un día te agarra la Rusada sos capás de acuchillarme, que te pensas el porque duermo con el revolver bajo la almohada? por si un día te agarra la locura, yo sentía que me clavaba un puñal dentro de mi, para que me llevó con ella si me trataría mal, si le recordaba yo que a su hija la había matado mi Padre?   

Desde ese día me comenzaron agarrar como un temblor en la cabeza y en el cuerpo, al principio, era eso después era como ataques de locura, me ponía rígida y de pronto en posición fetal, perdía el conocimiento luego de no sé cuánto aparecía o tirada en el suelo o en la cama de mi abuela Feliciana, no sé si es algo genético o una manera de llamar la atención, o quizá los nervios que te juegan una mala pasada, pero lo raro de todo esto es que a mi hija Leticia le ha ocurrido lo mismo, nunca se lo dije a ella, se va a enterar cuando lea el libro, me agarraba en cualquier momento, me duró unos cuantos años estos estados, los médicos lo único que hacían era colocarme inyecciones, eso era todo en el tiempo que estuve en La Adela,                                        Sinceramente hoy me auto justifico el que me quería ir de ese lugar, y quería regresar a Bahía Blanca donde estaban mis familiares alemanes, la Abuela Feliciana me había prohibido hablar en Alemán, un día se me ocurrió contestar algo en Alemán, no recuerdo que, y la paliza que me dio fue tremenda, me agarraba de los pelos, me cacheteaba, mientras yo le decía; Abuela, yo no tengo la culpa, no tengo la culpa pero, ella no escuchaba, y seguía descargando en mi su bronca, el dolor que sentía, y después a la batea, sacaba las sabanas limpias y me ordenaba que las lavara, no podía quedarme mas allí, mi vida no era vida, solo era vida cuando estaba con mi amiga Sonia, la hija del Comisario que vivían a metros, en la vereda de enfrente a la casa de mi Abuela,  estaba la Comisaría y la casa de la familia juntas, y porque iba a la comisaría me decía. Sos una guacha Miliquera, que hacía de malo?, estar con mi amiga, el comisario tenía 7 hijos, todas mujeres y esta Sonia, boba como yo, aunque tenía dos años mas, jugábamos a las muñecas de vez en cuando,  fuimos a la secundaria en Rio Colorado juntas, por lógica nos llevaba algún Policía en el auto de la Comisaría porque nos quedaba lejos, hacíamos los deberes juntas a veces, y teníamos una casita de ramas de árboles a la orilla del rio donde jugábamos a la payana, nada malo hacíamos, o íbamos a la plazoleta que quedaba frente a la comisaría a hamacarnos, ese era nuestra vida a la tardecita cuando yo no tenía nada que hace ni tampoco todos los días, pero la Guacha Miliquera, me quedó grabado, recuerdo que los sábados a la tarde nos íbamos a esa casita de ramas de árboles con la cartera del colegio y nos poníamos a repasar, ella se apoyaba mucho en mí.

Yo tenía en mi mente el irme de La Adela y tenía que buscar la forma de irme, hasta que un día de tanto pensar, se me ocurrió la idea de cuando fuéramos al Colegio a Rio Colorado y nos fueran a buscar el jeep de la Comisaría, yo le diría al que manejaba que me quedaría en la ciudad porque tenía que ir a la casa de una Tía, ( y si, en la ciudad había una hermana de mi Abuela) por lo que me creyó y me quedé,  ( previamente en un sábado que estaba limpiando el dormitorio donde dormíamos con mi Abuela, repaso el cuadro de mi querido abuelo Eusebio, y al moverlo se cae unos rollitos con dinero, y ahí me dije, aquí tengo dinero para pagar el pasaje para irme de aquí, así que el día anterior a que me fuera saqué no sé cuánto para irme, lo puse en el portafolio ) y al día siguiente cuando se fueron yo tomé el camino para la estación de trenes, llegue y fui a la boletería, pedí y pagué el pasaje a Bahía, pero había que esperar no recuerdo cuanto era el tiempo a esperar, la cuestión es que mientras estaba esperando que llegara el tren, aparecen unos policías que me conocían y me preguntan que era lo que estaba haciendo allí, el guardapolvos lo había colocado en el portafolios, les contesté que me iba a Bahía Blanca a lo que ellos me dijeron, veni que te llevamos a la casa de tu Abuela….ufff la que me esperaba !!,o sea que.. había fracasado, me había salido mal, no pensé ni se me ocurrió pensar que al ser menor de edad no me permitirían partir, y mientras me llevaban pensaba… esta vez no pude, pero igual de cualquier forma me voy a ir de este lugar de miércoles!!! Llegamos a la casa de mi Abuela, que también era mía por que la había comprado mi abuelo, o sea que le correspondía una parte a mi Mamá ( me enteré después ) y al no estar ella, una parte era mía, pero estaba el problema de mi edad. De cualquier manera, yo lograría mi objetivo.

Por lo que mi abuela me quería matar, y llamó mi Tío, el único Hermano de mi Madre y le dijo que me llevara porque ella no me podía tener más con ella, que le hacía mal el verme, que le recordaba a lo que le había hecho mi Padre a su Hija, aparte de mí rebeldía, por lo que tuve que juntar mis pocas ropas que tenía y me llevó mi Tío a su casa donde estaban sus dos hijos y mi Hermanita, vivían como a 20 cuadras de lo de mi Abuela, y era, la casa de mis Tíos, que cruzando la calle era todo cerro bastante alto, del cual bajaban todo tipo de alimañas. ¡Si mi Abuela Feliciana supiera que bronca le tenía yo! Y ella a mí, así que allí estaba algo mejor, solo que me prohibieron seguir estudiando, o sea que todos los días mi hermana solamente iba al colegio de la Adela, pues todavía iba a primaria, y yo me quedaba ayudando a mi Tía, también en otra casa pero en el mismo terreno vivía la Madre de la esposa de mi Tío, Abuela Conce le decían, una mujer re buena, yo estaba mucho con ella, también vivían a la orilla del río, solíamos ponernos a pescar y me pedía que le cantara, le hacía bien, ella decía que quería que me quedara a comer con ella, pero….. como ya me había querido escapar, me vigilaban de cerca.

Una tarde me dicen que van a ir a Rio Colorado, que me cambiara que debía acompañarlos (por el temor a que me fuera) por lo tanto, fuimos y mi Tío paró en un lugar, cuando entrabamos vi una chapa en la pared que decía “ Escribanía “ le pregunto a la Tía que era eso, y me contestó : un lugar donde se firman papeles, ups, me dije, con que me vendrán ahora?

 Ocurrió que habían cuando entramos, dos señores, bien vestidos, la piel se me erizó, se abre la puerta de una oficina y nos dicen; pueden pasar, entraron primero los hombres y luego mis Tíos, yo quise entrar y me dijo mi Tía, vos te quedas aquí, parada, ( estaba al lado de la puerta ) quería escuchar que es lo que se me venía encima, cuando escucho que nombran a los viñedos, y mi Tío que hablaba fuerte estaban discutiendo el precio si por un viñedo o por los dos, mientras yo pensaba… están vendiendo lo que es de mi mamá!, llegaron a un acuerdo no sé en cuanto, deben haber firmado y salieron contentos de la oficina y cuando sale mi Tío le dije; Tío, sos una porquería, estas vendiendo lo de mi Mamá que esta muerta, mi Tío quedó duro, estaban los compradores delante y la cachetada que me dio con esa manota, me dejó mi cara estampada en la pared.   No recuerdo como salió de esa situación, lo que sí, yo maldecía a mi Padre porque ahí debía estar mi Mamá y gracias a él no podía estar, me dolía mas eso que la cachetada que me dio mi Tío.

La cosa no terminó ahí, en el viaje de regreso a la casa de mi Tío, el ambiente se cortaba con un hilo, al fin llegamos y yo corrí a la casa de la Abuela Conce, al rato me llaman, me dicen que tenían que hablar conmigo, y si, hablaron, me dijeron; tienes dos opciones, o te casas con un señor que tiene chacra y vas a estar bien o te meto en un orfanatorio, esto que has hecho, no vamos a poder vivir tranquilos, a lo que yo le contesté, ni una cosa ni la otra, yo me quiero ir a Bahía Blanca, con mi familia, a lo que ellos me dijeron; vos te olvidas que sos la hija de un asesino y nadie te quiere por eso? Otro puñal más! A lo que yo le contesté, vos te quieres deshacer de mí porque vendiste lo que era de mi Mamá, ese es el motivo, no me dejas ni estudiar, él me contestó, te casas y se acabó, eso…. seguido de otra cachetada, me tragué el llanto y el dolor de esa manota en mi rostro y dentro de mí, pensé, ahora sí que ni bien pueda me voy de aquí, a los pocos días aparece un señor que tenía un acento algo raro, morochito de bigotes, debería tener unos 40 años, yo estaba con Abuela Conce y me llaman, voy y me dice mi tío, ( yo tenía 12 años ) este el Señor que te hablé, con el que te vas a casar y si él quiere, lo más rápido posible, él contestó, si, no tengo problemas, a lo que yo les digo, puedo irme ahora? Y me fui con la abuela, llorando le conté que estaba el Sr. Que me tenía que casar con él, y yo no quería, a lo que la Abuela Conce me dijo; ocurre nena que vos eres muy rebelde, quieres manejarte sola y sos muy niña todavía, y esto discúlpame pero es lo que quiso tu Papá, a lo que yo le dije si soy niña, porque me quieren casar con ese viejo, y yo no tengo la culpa de lo que hiso mi Padre, me contestó, algunas veces se arreglan los matrimonios como lo está haciendo tu Tío, y para el resto de tu vida vas a tener la broca hacia tu Papá por haber matado a tu Mamá, por lo que yo te escucho y lo que sé, a tu Madre vos lo querías mucho, pero es lo que te tocó hija, más lloraba yo, porque me sentía como sucia, pero porque mi padre me había llenado de barro del cual no me lo podría sacar nunca en mi vida, y le pedía a la Abuela Conce que me dijera o me diera algún otra razón, y ella me dijo,; hija, cuando una persona el trabajo que tiene es matar a personas, les da lo mismo que sea alguien que no conoce o a un hijo, imagínate a tu Mamá. Eso mientras estábamos a la orilla del rio y me dijo, sécate esas lágrimas y cantá algo que seguro tu Mamá te va a estar escuchando y no le debe gustar el verte llorar tanto, pero...no pude cantar, tenía un nudo en la garganta.

 

Mis Tíos estaban contentos que me casaban, y una tarde en la misma semana me llevan a una modista que me toma las medidas, yo permitía sabiendo que no me casaría, antes me mataba, no sabía nadar así que, me tiraría al río, cerca había un puente, me tiraría del medio del puente, por lo que decían era profundo así que, seguro me ahogaría, ya lo tenía decidido, lo único que hasta el momento me paraba era mi Hermana, así que, como a la semana, creo era un miércoles de tarde, viene la modista a probarme el vestido blanco de novia, permití que me lo probara, se fue, al sábado siguiente cerca del mediodía aparece con el vestido y lo dejan sobre la cama matrimonial, lo miré y me decía, me mato si no me puedo escapar, tuve la suerte que una tarde ( al correrse la nueva noticia ) una hermanastra de mi Tío viene con dos de sus hijas a visitarlos, ( ¿que a visitarlos?, venían a verificar si era cierto lo de mi casamiento ), le mostró mi tía el vestido y le comenta que la torta ya estaba encargada no recuerdo a quién, la boda sería en unas semanas mas, a lo que las invitó, tomaron mate, con no sé que torta hicieron, las horas iban pasando y ellas conversando, comenzó a bajar el sol y las visitas decidieron que ya era hora de partir, por lo que en esos pueblitos se acostumbraba acompañarlos un buen trecho, donde conversaban lo que les habían quedado en el tintero o hablar de otras personas, cuando se van a ir, me dice la tía, vamos acompañar a la tía a lo que me negué y le dije que me quedaba con la Abuela Conce, cuando veo que se están yendo, comienzo a buscar una bolsa, encuentro una bolsa de alpillera y meto dos vestidos, los dos que me había hecho mi madre, uno era una solerita celeste con florcitas, trato de ver dónde está la abuela Conce y cuando noto que está adentro de su casa, con la bolsa en la mano cruzo la calle y me meto entre las jarillas comenzando a subir el cerro, esa oportunidad me cayó del cielo, caminaba agachada lo más rápido posible mientras oscurecía, cuando de pronto comienzo a escuchar la voz de la Tía llamándome, y yo me quedaba quieta mientras me llamaba, luego seguía, me iba abriendo camino entre los matorrales para el lado donde sabía que estaría la ruta, caminé… caminé, no sé hasta que hora, comencé ver a lo lejos unos resplandores de autos o camiones que pasaban y ya me sentía más tranquila, estaba más cerca de Bahía blanca, pensando que allí estaría mi solución, creía, me ilusionaba que al llegar me recibirían con los brazos abiertos, esa era mi ilusión, o mi necesidad de cariño, de afecto, tanto me cansé de caminar en la oscuridad entre esos jarillares que en  un momento estaba agotada, me dije, debo descansar, puse la bolsa de harpillera en el piso cerca de un tronco y traté de descansar, no sé si me dormí lo que sí sé que en un momento me desperté y era de noche todavía, y esperé ver el resplandor de algunas luces de algún vehículo para saber dónde dirigirme, cuando divisé unas luces me dije, es para allá, y seguí caminando. No sé cuántos km. debo haber caminado, pero fueron muchos, Rio colorado no se divisaban las luces ni el resplandor, tuve suerte, ninguna araña pollito, ninguna bicha o víbora me hiso nada, eso que allí hay todo tipo de alimañas, hasta pumas, pero no tenía temor, solo el deseo, el fervor de llegar a mi destino, seguí caminando cada vez las luces se veían mas cerca, hasta que llegué al camino, entonces ruta de tierra, llegué al alambrado que las separaba y me quedé allí esperando a que algún vehículo llegara, cuando veo a lo lejos que algo se acercaba, yo tenía un anillito de fantasía con una piedrita roja, me di vuelta el anillo y crucé el alambrado, el que venía era un camión, al que le hice seña que parara, el camión paró y cuando abrieron la puerta les pregunté para donde iban, me contestaron a Bahía Blanca, entonces les dije si me podrían alcanzar a lo que me contestaron que si, el que manejaba era un señor mayor y el que lo acompañaba era un joven que descendió del camión para que yo subiera, de esa manera yo quedaba en el medio,

El camión arrancó y comenzamos el viaje a Bahía Blanca, (hoy lo pienso y me digo.. que inconciencia la mía!!) cuando estábamos yendo el Sr. Mayor me preguntó si era casada a lo que yo le dije que sí, que mi esposo estaba  trabajando en el campo y por eso no había podido acompañarme y no sé cuántas cosas más me preguntaron, yo iba con un susto de aquellos, pues pensaba donde me bajaría para ir a la casa de mi Tía Celestina, cuando de repente el joven me cruza un brazo por mi cuello y con la otra mano me toma una pierna, como acariciándomela, a lo que el Sr. Mayor se dirige hacia la banquina, para el motor, le dice al compañero que se baje que tiene que hablar con él, el compañero se baja dejando la puerta abierta a lo que yo escucho, “  no te das cuenta que llevamos a una menor de edad?? Que tienes en la cabeza, podemos perder el trabajo, y vaya a saber los problemas de esta criatura” y le dice muy enérgicamente, “Si la llegas a tocar paro y te bajo de una trompada, y te dejo , entendiste?”---- claro.. con mis 12 años…(Creo que mi Madre me estaba cuidando desde el cielo) suben nuevamente y el Sr mayor me dice, donde quieres que te dejemos hija? Y yo le contesto, en Pampa Central 1445 La casa de mi Tía, y pueden creer que me llevaron hasta la casa de mi Tía, bajó el Sr. Mayor, tocó timbre, salió mi tía y le dijo que me habían encontrado en la curva saliendo de La Adela, cerca de Anzóategui. , mi Tía les agradeció y ellos se fueron, muchas gracias Sr. Chofer.. lo recuerdo con cariño, esté donde esté.

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PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el septiembre 30, 2021 a las 9:21am

Mirtha Nora: ¡Es una narración muy terrible pero excelsa, una suerte de autobiografía peculiar!

Es tu Macondo personal...

 


PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el septiembre 30, 2021 a las 12:21am

Un magnífico relato que nos introduce en cada escena narrada como un protagonista de la historia.

Costumbrismo evidente en cada acción descriptiva con notorio talento y los recursos narrativos mantienen al lector bien prendido de la trama hasta el final.

Gracias por compartir las vivencias de esta niña cuya vida se vio marcada por las tradiciones arcaicas y tabúes de una generación llena de matices.

Felicitaciones.

Un saludo cordial.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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