Corría la tarde desapacible entre nubarrones bajos.

Una suave brisa presagiaba propuestas inesperadas.

La plaza y sus árboles estaban solos... cortando la soledad algún transeúnte apurado y distraído.

Sin embargo, una figura, casi en sombras como el día, sentada en un banco viejo, descansaba sus manos en el libro cerrado, que dormía en su regazo.

Por momentos, acariciaba tenuemente tantas páginas escondidas y recorría con sus dedos, como sin darse cuenta, sus deteriorados contornos.

Una hoja cayó imprudente en medio de los pensamientos huidos, era otoño y los pies, de tanto en tanto, hacían volar los desprevenidos restos de las largas ramas, en ese eterno renacer de la savia de la vida.

Solo ella y la soledad. Solo ella y sus pensamientos. Solo ella y el paisaje.

El recuerdo regresó, sin llamarlo, sin quererlo, sin siquiera pensarlo…

La cita resultó un fiasco, ambos, aunque sin pronunciar palabra alguna, aceptaron al unir sus miradas, la prueba fehaciente, sus anhelos se desmoronaron a semejanza de castillos de arena con la llegada de la alta marea. Trataron aunque en vano, avivar los escombros de esa relación que atestiguaba haber desaparecido.

Estrofas llenas de vocablos que aspiraban a ser promotores de una brisa que quizás inflara los gastadas velas del navío casi ya encallado.

Todo el ambiente vislumbraba serenidad…

¿¿¿Serenidad???... ¡¡¡Serenidad que presagia el vendaval!!!…que presupone el corte de un cristal , que por breves instantes permanece unido…luego estalla en esquirlas : hirientes, malhumoradas y con pérdida de fe y esperanza. ¿Has mirado el cielo que anuncia un tifón? ¡¡¡Pues ésta es la serenidad que se huele, palpa y prevalece en este singular instante!!!

Ninguno atinó a romper el silencio que los unía... el amor, la comprensión, el juntos, brillaban por su ausencia. Ni siquiera sus miradas fueron capaces de encontrarse, aunque más no sea, unos frágiles instantes. El castillo de arena fue arrasado por la violenta alta marea, todo lo construido con esmero y cariño yacía desmoronado, vestigios de un ideal convertido en un mal sueño. La codiciada esperanza había partido en su último viaje.

La figura femenina se arremolinó dentro de la ruana que aterciopelada, se deslizó por sus hombros y sutil, se adormeció en los bordados de su falda .El tiempo se deslizó al ritmo que propuso la acción….una trama cálida y fragante se instaló en el paisaje y los personajes…

El sol con su calidez se apropió de esos seres que la vida había detenido en la estrechez del campo emocional, condenándoles al hastío, al dolor, a la inercia y al fracaso.

El trinar de unos jilgueros …se conectó al caminar de Kronos…

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Autores

MARÍA de los ÁNGELES ROCCATO (Argentina)

BETO BROM (Israel)

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*Imagen de la Web c/texto anexado

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Comentario

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ADMINISTRADOR
Comentario de Alicia el septiembre 26, 2021 a las 11:23am

Que belleza de  dueto querida Maria  y Beto una mirada muy sentida de una relación finalizada las imágenes que proyectan nos llevan a ese momento de gran Tribulación 

Solo ella y la soledad. Solo ella y sus pensamientos. Solo ella y el paisaje.

El recuerdo regresó, sin llamarlo, sin quererlo, sin siquiera pensarlo…

 ¿Has mirado el cielo que anuncia un tifón? ¡¡¡Pues ésta es la serenidad que se huele, palpa y prevalece en este singular instante!!!


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el septiembre 26, 2021 a las 10:57am

¡Muy buen dúo poético, Ángeles y Beto!


ADMINISTRADOR
Comentario de Delia Pilar el septiembre 26, 2021 a las 10:43am

Una maravilla de dueto, con unas imágenes bellísimas

y una delicadeza en la trama muy llamativa. 

Felicitaciones a ambos por este conmovedor relato. 

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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