(Leda y el cisne / Mitología)

ESPEJOS DANZANTES

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Tomada de la barra, te observo en el espejo, cada día te veo danzar en el ensayo. Poca gente presencia tu esfuerzo por alcanzar la cota más alta, elevar tu figura y hacerla nube.

El ambiente resuena con voces de la Bailarina ductora, voces imperiosas. La charla de los practicantes no me distrae de tu contemplación, y siento celos de aquel hombre en el otro extremo del salón, observador tenaz de tus movimientos.
Veo mi rostro emborronado en la luna de azogue manchado. Sólo el piano y el silencio en la amplitud de blanco y luz
¿Me ves tú? Creo percibir tu mirada al pasar de un gesto a otro, en la barra ante el espejo.

Hoy en la mañana me vi en otro espejo, con el rostro enjabonado que parecía estar conforme, sin trazos de incertidumbre o la angustia que deja el trasnocho. Cumplí el hábito de levantarme para hacer lo de cada día, salir al paso repetido de conocer y enfrentar y evadir, hasta llegar al cansancio de la tarde y estar otra vez contigo en la escuela de danza, para contemplarte ante el espejo que te hace múltiple, no como en la taberna, frente al otro espejo del bar del alcohol, con las voces de siempre, la penumbra y el humo.

Pienso que este espejo en el bar estará desgastado de tantas caras cansadas, formas torcidas que vienen del azogue y parecen una multitud de risas y gritos. Se abrazan efusivos en gestos, expresando afectos que no tienen. O quizás si los tengan, pero en este lugar los gestos se confunden por el movimiento de las luces reflejadas en el espejo. Hablan del juego y de la apuesta ganada, de la partida del candidato que parece tener el triunfo.

En la butaca del rincón había visto a la mujer acomodando su cabello ante un pequeño espejo.

No es igual que en la clase de Ballet, y en ese momento piensas en la bailarina niña, sin nombre, de pelo recogido, contorsionando el cuerpo. Tú no eres como ésta del bar; tienes sutil sensualidad y creo y siento que me ves con curiosidad de mujer - ninfa. Te llamé Leda, seducida por Zeus en el giro de la danza ante un espejo. Leda mía, enamorada de un cisne.

Tu belleza no era divina, era corporal y carnal. Hecha de barro y aceite; y sin embargo, para mí tenía algo de hada.
En momentos deseaba fundirme en esa figura que hace latir mi vida.

Este día, al llegar al bar, estaba vacío de voces y de sombras. Nadie sino tú y el cantinero en el espacio inmenso por la duplicidad de los cristales; y arreglabas tu cabello y tu rostro para alguien que no llegaba, o no llegaría esta tarde.
Pides ahora la copa de vino y volteas hacia el rincón donde Leda- ninfa estaría haciendo lo mismo en su larga espera. Te extraña este silencio de hoy en el recinto siempre bullicioso, y observas la mano del cantinero que sirve tu copa vertiendo el resto de la botella. De reojo buscas la presencia de tu amada danzarina, y no la hallas. ¿Se habrá ido ante la desesperada espera?

Ella sombría en esta luz de artificio, sin percibir nada más que sus confusos pensamientos, expectante de algo que vendría. Espera, tiempo hueco lleno sólo de evocaciones sin rumbo. Llega la hora y pasa a otra sin anunciar su transcurso.

Es ahora el fin de la tarde y aún sientes que no comienza el día. La espera gotea esperma desde las yertas lámparas.
Eso imaginas que siente Leda en su ansiedad de esperar. Después, en un instante, no ves a la bailarina. Su paciencia agotó la espera y ha ido a otro lugar, a buscar nueva compañía.

Preguntas al cantinero por la mujer, y él elude tu pregunta y simula ocuparse en su labor. Detrás del mesón cubierto de copas y botellas, permanece impasible limpiando lo que está limpio, callado ante tu silenciosa pregunta.
No insistirás en indagar el destino de la visitante, y tus celos te ciegan de dolor. Tal vez vuelva.
Si preguntaras al cantinero qué ha sucedido este día, por qué el bar está desierto, no tendría respuesta para ti. En el espejo pudieran estar los contertulios de siempre, y escucharías la salmodia de cada día. El servidor del bar se voltea hacia el espejo y ve allí, reflejados, a todos los comensales, los bebedores habituales, y te ve a ti también; pero no está la mujer. Escuchas con tedio la conversación de los vasos y los temas cotidianos.

El hombre detrás del mesón, en su fingimiento de trabajo de limpieza, se acerca a ti y te dice en baja voz que tengas cuidado con la mujer: “Ella está aquí para dañarte; trata de salir”. Luego te da la espalda y sigue en su tarea que nunca termina.

En solo un instante las siluetas estampadas en el espejo desaparecen. La sala está vacía y no sabes cuándo salieron los visitantes del bar. Miras en el espejo hacia las butacas del recinto, ahora vacías, y en el cristal de azogue se refleja Leda tomada de la barra, frente a ti, con la pierna derecha levantada, en gesto tenso. Percibes su perfume. No te percataste de su regreso y te alegras de tenerla cerca. Ahora podrás hablarle, un saludo, una mirada. Nadie te importunará.

Amplia sala en la soledad del salón. Sientes el avance del silencio después de tanto ruido. No escuchas voces ni el choque de vasos y botellas. Crees estar solo y no sabes qué hacer.

Te levantas del taburete del bar y sales al oscurecer con destino a la escuela de danza.

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de donato perrone el julio 7, 2022 a las 11:57am

Me agrado ,, muy bueno 


PLUMA MARFIL
Comentario de Liliana MarIza Gonzalez el mayo 16, 2022 a las 11:28pm

Excelente relato

mary


PLUMA MARFIL
Comentario de donato perrone el abril 21, 2022 a las 11:45am

Me agrado tu forma de expresarlo  -- 


PLUMA ÁUREA
Comentario de Benjamín Adolfo Araujo Mondragón el diciembre 4, 2021 a las 9:22am

¡Muy bello relato, Alejo!


POETA DE PLUMA
Comentario de Hugo Mario Bertoldi Illesca el octubre 28, 2020 a las 8:30pm

¡Qué interesante narración nos compartes, estimado Alejo, querido poeta y Amigo! En su texto podemos observar, con sensación de personal protagonismo, la escena que dibujas con bien elegido pincel y buena mano. Es siempre placentero y enriquecedor probar el elíxir de tu arte, Amigo mío. En medio de una crisis como la que vive tu país, como sucede en Argentina, con matices no tan diferenciados, y ni qué hablar de lo que aporta a todo el planeta la manipulada información relacionada con un virus que más tiene de cortina de humo que de letalidad, disfrutar de creaciones tan bien logradas es un remanso en plena turbulencia en el río de la Vida. 

P.S.: agradezco compartir, querido Amigo. Abrazo sureño y mis buenos augurios para ti. 


PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el mayo 23, 2019 a las 9:06pm

Me encantó tu relato. Tu narrativa es genial y tu acervo cultural es manifiesto.

Gracias por tan fabuloso compartir.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Edith Elvira Colqui Rojas el mayo 23, 2019 a las 12:50pm

Bello relato

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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