DESCUBRIMIENTO I
Llegaste con la brisa marina a la costa
noruego desterrado, pirata “el Rojo”,
y a la “Tierra del vino” fue tu antojo
Vinland nombrarle a paradisíaca floresta,
jamás “América” deplazadora al mérito
de tu desinteresado descubrimiento,
y fue mi tribu que ¡Quezalcóatl! te gritó al viento,
y Serpiente Emplumada fuiste el dios súbito
que el mar se llevó limpias tus manos vikingas,
prometiendo volver con ayuda que livianiza
la arcaica faena de estas tierras prometidas.
Y el tiempo te perdió “pequeño” en la cornisa,
mas la espera en los ojos reflejaban las aguas
por Quezalcóatl que vendría con fraterna sonrisa.
Teresa González
Sep 6, 2013
Oct 18, 2013